El retraso en el desarrollo es una de las manifestaciones comunes que se presenta en los niños con el síndrome 22q pero es variable y algunos niños prácticamente no muestran problemas a una edad temprana. En cambio, otros sí muestran tener un retraso bastante acentuado.
La mayoría de los niños, sin embargo, suelen caer fuera de los límites de normalidad en cuanto a su desarrollo motor. Específicamente, los datos que se derivan del estudio de los miembros pertenecientes a la Educational Fundation muestran que la edad media en la que aprenden a caminar se acerca más a los 15 o 16 meses que a los 12 (edad que se considera normal en la población general). Existen muchas razones para este retraso, entre ellas, la hipotonía generalizada (bajo tono muscular), algo común en el síndrome 22q. Otros factores como la presencia de enfermedades cardiacas congénitas, la necesidad de repetidas hospitalizaciones e intervenciones quirúrgicas, enfermedades crónicas, entre otras causas pueden restringir la actividad del niño.
Sin embargo, algunos tipos de retraso deben preverse. Por ejemplo, la mayor parte de los niños con síndrome 22q pasan por diversas “fases de aceleración” en su desarrollo motor, especialmente entre los 3 y 4 años de edad, algo que acorta la diferencia que hay entre ellos y otros niños. En edad escolar, la mayoría de los niños con el síndrome 22q suelen tener un rendimiento parecido al normal en cuanto al desarrollo motor aunque siempre estarán un poco más hipotónicos o “torpes” que otros niños. La presencia de incapacidad motora grave es poco común entre niños con síndrome 22q. Los retrasos en el habla y en el lenguaje suelen ser más graves, con una media de edad de su primera palabra que se sitúa alrededor de los 19 meses, aunque este es un punto que presenta gran variabilidad. Sin embargo, estas mismas “fases de aceleración” que muestran algunos niños en cuanto a su desarrollo motor, también afectan al habla y el lenguaje.
Parecería que los niños con el síndrome 22q tienen su propio perfil de desarrollo, un perfil que difiere del de otros niños. En general, se podría decir que la mayoría son capaces de “alcanzar valores normales” antes de su cuarto cumpleaños.